Si bien estoy de acuerdo con, y respaldo la advertencia del último párrafo, creo que deberían informar que los archivos citados pueden ser (¿lo son?) consultados en la sede de la citada Fundación. De ese modo, quienes deseen saber acerca de la identidad de los personajes, honrarán su interés o su curiosidad. Si no, todo será igual a la famosa carta de Piñerua, o al video de Ismael García. O a los secretos de siempre.
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